En este proyecto, la propiedad nos encarga continuar la obra inacabada de una vivienda unifamiliar aislada en la urbanización de Pinares de San Antón. La principal característica de la parcela son las generosas vistas de la Bahía de Málaga. Los condicionantes de partida eran grandes, ya que se nos exigió respetar la obra ejecutada hasta la fecha.
Nos encontramos, por tanto, con una serie de cajas de hormigón armado de distinto tamaño que se iban adaptando a la morfología rocosa del terreno. Estos cubos iban articulando la vivienda, respetando al mismo tiempo la arboleda existente.
Se decidió incorporar una gran pérgola de madera que permitiese, por un lado, el uso y disfrute de la zona de porche, un espacio intermedio tan importante en climas mediterráneos, y por otro, la protección de los huecos de la radiación solar directa en los meses calurosos. Además, como estrategia de mejora de eficiencia energética del edificio, se proyectó el uso de aislamiento exterior mediante sistema SATE, con un acabado estucado, cuya textura contrasta con la personalidad de las maderas, tanto de la pérgola como de las contraventanas.
La casa se acomoda a la montaña, pero a su vez recupera los colores tradicionales de esta zona mediterránea donde las cales blancas y las maderas se combinan para proteger la edificación del duro sol mediterráneo.
Los grandes huecos en esquina se resuelven con carpinterías que abren en ángulo sin perfil fijo, así como con un sistema de contraventanas motorizadas acabadas en tablero laminado de madera natural. Este sistema permite la ocultación de todos los elementos de carpintería, pues se disimulan en los cerramientos para liberar los huecos y dejarlos limpios.
Además, se construye una pequeña piscina desbordante, que refleja el azul del mar trasladando el frescor marino al interior de la vivienda.